Se separa el té por tamaño de partículas y también por color, clasificándolos en diferentes grados a través de los diferentes tamaños de las mallas, para su posterior almacenamiento.
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En esta etapa se termina de deshidratar el té, hasta llegar a un nivel de humedad en promedio entre el 2,5 y 4%.
En un cuarto con humedad controlada (80% de humedad relativa) ocurre la oxidación de las hojas. En esta etapa se obtiene el color característico del té negro y los atributos en taza tales como brillo y astringencia.
Se separan las hojas más pequeñas (finos), incluidos los cogollos, de las hojas más grandes y se da lugar al rompimiento de los nudos de hojas creados en el enrollado.
Se cuenta con dos máquinas, las cuales realizan el primer enrollado y el segundo enrollado. Las células vegetales quedan expuestas dando lugar a la oxidación y a la característica de hoja suelta enrollada del té orthodox.
Todos los días se recibe cosecha. Se realiza el pesaje de los kilogramos que llegan a la fábrica y se mide la calidad de la hoja verde, verificando las características de entrada de la misma.